Aunque nintendero de corazón, soy fan acérrimo de Xbox, uno de esos encantados con su Xbox One y que puede perdonar y/o pasar por alto ciertas cosas. Pero el lanzamiento de State of Decay 2 en España demuestra una cosa, incompetencia.
Aunque nintendero de corazón, soy fan acérrimo de Xbox, uno de esos encantados con su Xbox One y que puede perdonar y/o pasar por alto ciertas cosas. Pero el lanzamiento de State of Decay 2 en España demuestra una cosa, incompetencia.